Siete Días (para chupar y comer)

Te cuento que en la facultad de psicología me hice amigo de una de tantas chiquilinas (porque en aquella época había un 82% de mujeres) que no tardó en enterarse que yo gritaba guarangadas en una banda de pseudo rock pseudo pop pseudo. Al ver mi porte tranquilo, mis frugales y a la vez geniales aportes intelectuales, y mi apariencia modesta y sombría (pero ahora soy re vivo eh!), quiso ver cómo este ser se transformaba en un escenario. O tenía ganas de reírse.

Así resultó ser que ella asistió a un toque de Calma Teresa (o “cate”, como llaman a la banda los niños menores de 5 años) en que los cuatro fuimos vestidos de túnica y moña en un Vareliano homenaje a Angus Young. Ni que decir, que en aquel momento arrasamos tocando LIVING IN HELL y AVENA QUAKER.

El toque se realizó en un lugar sacro al cuál nos invitó Gustavo (gracias Gus) y con el aporte sonoro del cabeza que nos alquiló los equipos. Si mal no recuerdo la entrada era una bebida alcohólica (los menores de edad no pagaban entrada) y Gonzalo había llevado waffles triángulos de esos con borde de chocolate, para acentuar el aire escolar.

Allí fue que esta muchacha quedó prendada del bajista de la banda (y de la banda también, asistiendo a un gran número de toques nuestros) y entre ambos mantuvieron, durante un tiempo, una cosa...

Posteriormente o mientras tanto, fue que Gastón invitó a esta chica a la popular fiesta de la cerveza en Paysandú, enviándole un curioso e-mail con tal propósito tal fin. Curioso porque, en una conversación privada que mantuve con el bajista mientras tomábamos mate en ese mate extraño que tiene, él me contó que el mensaje se lo había enviado demasiados meses antes de la semana de la cerveza!

A la postre no se supo si la chica aceptó o no. Lo que sí quedó para la posteridad fue el e-mail, pues el rubio decidió convertirlo en canción que el resto de la banda aceptó gustosa. Pues dentro del sugerente y entrecortado fraseo del bajo, permite el despliegue de una bata estructural y unas guitarras timidotas. Y allí, la letra lo es todo.

Claro, después el tema se pica como el vino del domingo y queda en un funky metal donde Gastón vuelve a pedir cita desesperado pero firme, Carlos se larga en una base semi funk semi heavy sucio, Gonzalo vive el consentimiento (virtual eh!) de su dios Lars, y yo mando un solo tipo Tom Morello pero sin pedalera y sin “rage”.

¿Escuchaste alguna otra canción en donde se grite a voz en cuello “Perdón si interrumpo algo...”?



Pablo Alí (ex tesorero de Calma Teresa)

6 comentarios:

vladimir maiakovski dijo...

"yo soy capaz de decir cualquier cosa, siempre que esa cosa haya sido dicha antes que yo por alguna persona de prestigio ..."

había que romper el hielo.

Pablo dijo...

Pues justamente, querido Vladimir, "romper el hielo" es una frase que seguramente alguna persona de prestigo dijo alguna vez...

Ava G. dijo...

vladimir: sos un oligarca puto!

perdón, tenía que hacer catarsis.

Calma Teresa dijo...

Ava Gardner: ¡este no es el sitio para... ¿oligarca?

Ava G. dijo...

disculpe teresa, me extralimité. hay días en los que ... bueno, para qué hablar de eso.

saluditos!

Anónimo dijo...

creo que deberían haber ido juntos al festival, esta chica, no tiene perdón. Decime donde la encuentro que la mato,...¿perdón si interrumpo algo?...